viernes, 13 de agosto de 2010

El manicomio en la Era de Trujillo

´´Es preferible tener cien niguas en un pié y no un pié en Nigua´´
José Almoina


El Hospital Psiquiátrico Padre Biliini, mejor conocido como el Manicomio de Nigua, fue un centro de gran connotación en la Era de Trujillo, el cual sirvió como sanatorio para enfermos mentales y en otras ocasiones como cárcel para los enemigos del régimen; y es que a éste lugar fueron a parar muchas de las personas que se oponían a la dictadura, entre ellos: abogados, médicos, periodistas, ingenieros, personas importantes de la comunidad que no soportaron la presión, hostigamiento y persecución a que eran sometidos por los esbirros de la dictadura y terminaron con crisis mentales de alucinación, producto del estrés a que eran sujetos y para no ser llevados a la Victoria, la Cuarenta o el Nueve (Principales cárceles de torturas en la era) los dirigían al manicomio.
El sanatorio estaba ubicado en las cercanías de San Cristóbal, a 28 kms. de Santo Domingo, en la actual localidad de Nigua. Fue una cárcel construida por los norteamericanos durante la intervención del 1916-1924. Constaba de cinco pabellones circulares con oficinas, celdas, comedor, etc. En aquel lugar guardaron prisión importantes figuras de la época como Juan Isidro Jiménez Grullón y su padre Manuel Jiménez, Chichi Patiño, Cholo Cantizano, una hermana de Enrique Blanco y hasta el propio Juan Bosch. Los que nos ratifica que aquel lugar fue usado como cárcel para presos políticos al inicio de la dictadura, sin embargo, para la década del cincuenta su utilidad fue casi exclusiva como Hospital Psiquiátrico, salvo que uno que otros casos.
El Doctor Antonio Zaglul en su libro ´´Mis 500 Locos´´ relata su experiencia durante su dirección al frente de éste centro durante casi una década, y allí podemos encontrar historias tan jocosas como la del Veterano, un jugador, bebedor y ladrón que nadie sabía como había llegado al manicomio pero que cada día 25 aparecía unos dados, como por arte de magia, para desbancar a empleados y enfermeros; o personajes como el Bizco, ´´más ladrón que loco ´´ el cual desaparecía todo lo que hallaba a su paso, hasta la toalla, jabón y bata del director.
O historias tan conmovedoras como la de Pablito Mirabal, aquel niño de 12 años que había venido desde Cuba en la expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo, junto con su padrino el Comandante Gómez Ochoa para librarnos de la dictadura Trujillista. Pablito fue obligado a presenciar las despiadadas torturas a que eran sometidos sus compañeros en la Cuarenta, y luego le hicieron jurar que nunca comentaría lo que había visto si no matarían a su padrino. El niño inició una crisis mental y fue dirigido al Hospital Psiquiátrico en donde fue tratado con positivos resultados y luego de su recuperación, por presión de las Agencias Internacionales, Trujillo se vio obligado a devolverle su libertad.
También iban a parar al Hospital parte de ´´los esclavos´´ que trabajaban en el Sisal de Azua o en las colonias arroceras de Nagua, propiedad de Trujillo, porque simular la locura e ir al manicomio era el único medio de salir de aquel infierno, pero trataremos éste tema con más profundidad la próxima semana.
Educador

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