jueves, 4 de noviembre de 2010

El manifiesto del 16 de enero del 1844 matriz de la primera Constitución Dominicana

Es de conocimiento de todos nosotros que mañana seis de noviembre se cumple el ciento sesenta y seis aniversario de la elaboración de la primera Constitución de la República.

En diversas ocasiones hemos analizado en cuales circunstancias socio-políticas e históricas se redactó aquella Carta Magna, haciendo remembranzas de cómo fue rodeado el local donde estaban reunidos los asambleístas por las tropas del general Pedro Santana para obliga a los legisladores a aprobar el famoso articulo 210, el cual le daba poderes inmensurables como gobernador.

De igual forma hemos comentado en múltiples escritos como nuestras leyes han sido modificadas una y otra vez para beneplácito de los gobernadores, tratando en cada ocasión de crear un traje justo a la medida de sus intereses para poder perpetuarse en el poder.

Pero, en esta ocasión queremos encaminar nuestra opinión en función a un documento histórico que sirvió como núcleo y punto de partida para la elaboración de nuestra primera constitución. Es un escrito poco estudiado, pero sobre todo poco relacionado con la importante labor que jugaría para encursar las futuras leyes que regirían el naciente Estado Dominicano. Dicho documento es el Acta de Separación proclamada el 16 de enero del 1844.

Aquella proclama de separación no solamente le explicaba al pueblo las principales razones de por qué debíamos ser un pueblo libre e independiente, sino también marca las pautas de cómo estaría organizado el país luego de consumar la Independencia Nacional. En dicho escrito se explica como debía estar estructurado el primer gobierno dominicano, el cual seria colegiado, compuesto por once miembros, los cuales asumirían todos los poderes hasta que se elaborase la Constitución del Estado. También, delimitaba la división territorial en cuatro grandes provincias, que serían: Santo Domingo de Guzmán, Santiago o Cibao, Compostela de Azua y Santa Cruz del Seibo.

El manifiesto auguraba la formación de un Estado libre y soberano, el cual bajo sus leyes fundamentales protegería y organizaría un sistema democrático encaminado hacia la libertad de los ciudadanos y la abolición de la esclavitud para siempre. Predicaba la igualdad de derechos civiles y políticos, la religión católica como oficial y la emisión tan pronto sea posible de una moneda nacional.

Al analizar estos postulados, queridos lectores, podemos señalar que fueron estos mismos preceptos e ideales que prevalecieron en la futura Constitución Dominicana, por lo que mantenemos la postura que el manifiesto de libertad proclamado el 16 de enero del 1844 por los Trinitarios fue la matriz que le dio origen a la primera Carta Magna del seis de noviembre en San Cristóbal y debe ser reconocida como una acta pre-constitucionalista del movimiento de independencia, por lo que es mas que importante imprescindible resaltar la importancia de este documento histórica en honor a su labor en el proceso de elaboración de nuestras primeras leyes dominicanas.

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